« ¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un agujero?»
Con esta parábola, con el estilo de comunicación propio de la época, precisamente la parábola(º), Jesús reafirma conceptos presentes en numerosos episodios relatados en los sinópticos. Las enseñanzas de Jesús se expresan de diferentes formas a lo largo del Evangelio, pero siempre tienen la misma sustancia.
Creo haber entendido que el Maestro Jesucristo me enseña lo que debo hacer y me pregunta lo que aquí resumo:
- la actitud que debo esforzarme en tener con mi prójimo: la pregunta "¿Por qué miras la paja..." es una clara referencia a la consideración de respeto y delicadeza que debemos esforzarnos en tener hacia los demás cada uno de los que nos decimos cristianos.
Me parece obvio que si intento y logro ponerme en la piel de los demás y comprenderlos, evitaré ciertas faltas de delicadeza y respeto. No haré a los demás lo que no me gustaría que me hicieran a mí, o en forma activa haré a los demás lo que me gustaría que me hicieran a mí.
Sin embargo, esta no es una simple regla de buen vivir o filantropía. Debemos comportarnos de esta manera y esforzarnos por Él, incluso cuando simplemente no tenemos ganas, porque Él nos lo pide.
- La necesidad de formarnos HUMANAMENTE Y ESPIRITUALMENTE para ponernos en condiciones de poder seguir al Maestro, que es el mismo Jesús, es decir, capacitarnos para imitarlo y ser ejemplo para los demás. Si uno pudiera ser seguido por alguien o incluso por muchos, pero no fuera un verdadero cristiano, sería como el ciego de la parábola que pretende guiar a otros ciegos.
¿Puede un ciego guiar a otro ciego?
Al guiar a otros cegados por mí, me arriesgaría a que todos cayeran en un pozo, ya sea espiritual o incluso material.
No faltan, es más yo diría que en la historia humana hay muchos ejemplos de personas que han llegado a creer que son casi un dios en la tierra, han perdido el sentido de la proporción y han hecho mucho daño a todos.
- Por último, con la imagen del árbol que puede dar buenos y malos frutos, Jesús quiere decir que si nos hemos esforzado en amar al prójimo, compartiendo nuestras posibilidades y oportunidades, en el sentido que he dicho más arriba y si hemos sabido formar correctamente nuestra conciencia desde el punto de vista humano y espiritual, y procuramos seguir Sus enseñanzas, con nuestro apostolado podremos dar buenos frutos. Nosotros también seremos como los apóstoles 'pescadores' de hombres, y lo haremos no en nuestro interés, sino en el interés espiritual de aquellos que son capturados.
(º) THE PARABLE
El término parábola deriva de la palabra griega que significa "comparación y semejanza". Es una historia que se diferencia del mito, la alegoría y la fábula, una forma de expresarse que utiliza ejemplos concretos y se basa en la comparación entre dos situaciones: una conocida y otra desconocida. Los elementos que caracterizan una parábola son:
- la forma sintética de la historia
- inmediatez e incisividad.
Las parábolas de Jesús tienen el propósito de ilustrar conceptos complejos de manera sencilla, favoreciendo una comprensión inmediata.
La intención es permitir que los oyentes pasen de una forma, que les es habitual, de comprender e interpretar las palabras expresadas y los hechos narrados, a una nueva forma ajena e insólita.
Las parábolas como forma narrativa también están atestiguadas en la literatura rabínica contemporánea con los inicios del cristianismo.
Lino Bertuzzi Feb 27, 2022
Fin del comentario
No temais ! la ,isericordia de Jesús
es INFINITA
Evangelio según San Lucas 6,39-45.
En ese momento, Jesús les dijo a sus discípulos una parábola: “¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un agujero?
El discípulo no es más que el maestro; pero todo el que esté bien preparado será como su maestro.
¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: Me dejas quitar la paja que está en tu ojo, y no ves la viga que está en el tuyo? Hipócrita, quita primero la viga de tu ojo y entonces podrás ver bien al quitar la paja del ojo de tu hermano».
No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos.
De hecho, cada árbol se reconoce por su fruto: no se recogen higos de los espinos, ni se recogen uvas de una zarza.
El hombre bueno saca el bien del buen tesoro de su corazón; el hombre malo, del mal tesoro suyo saca el mal, porque de la plenitud del corazón habla la boca.
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