Evangelio según San San Mateo 25,14-30. |
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Cómo ser o llegar a ser seguidor de Jesucristo en el mundo y en tu situación |
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De esta parábola hay muchos indicios que nos pueden enseñar a comportarnos como buenos cristianos. Los talentos de la parábola, por tanto, pueden entenderse como el tiempo para vivir y explotar estos dones de Dios: "no pierdas el tiempo, aprovecha las oportunidades y enfréntate a las situaciones que te presenta la vida". Dado que todo trabajo honrado, realizado con dedicación y conciencia, tiene una dignidad igual a cualquier otro, quien se encuentre viviendo en una situación ordinaria, que tal vez la considere monótona, o que tal vez realice un trabajo que no esté debidamente evaluado, o que se encuentre en condiciones difíciles, puede igualmente devolver el talento que han recibido con intereses. Probablemente nunca se nos dará la oportunidad de testificar heroicamente nuestra fe, así que tenemos que ser 'héroes' de cada día. Pero Dios -lo sabemos bien- no es exactamente como el maestro de la parábola, es misericordioso y siempre nos ayuda, si le pedimos con fe, incluso cuando no comprendemos inmediatamente qué tipo de ayuda nos ofrece. Y Él también nos perdona, pero a cambio debemos esforzarnos por no desperdiciar el talento que nos ha dado. Dios, por tanto, nos dejó la guía de cómo debemos comportarnos en cada situación: es decir, los evangelios sinópticos. Leamos un pasaje cada día y tratemos de meditarlo, para ver lo que significa Jesús para nosotros. Sin embargo esto no es tan fácil, por lo que debemos acostumbrarnos a rezar mucho, a educarnos, y a veces pedir la ayuda de alguien con más experiencia que nosotros, pero sin dejar nunca de pensar por nosotros mismos, usando nuestro propio cerebro.
NOTA HISTÓRICA: EL TALENTO Un talento (en latín talentum, en griego antiguo: τάλαντον, talanton 'balanza, balanza, suma') era una antigua unidad de medida de masa, un peso de referencia para el comercio. El talento era, por tanto, una medida de valor igual a la correspondiente cantidad de metal. En la antigüedad todos los metales eran preciosos, por ejemplo cuando los talentos de oro, plata, bronce y hierro, donados para la construcción del primer templo en Jerusalén, se mencionan en la Biblia - en los Libros de Crónicas. Sin ir más lejos, por ejemplo, la cantidad de masa de un talento era diferente entre los distintos pueblos:
en la época del Nuevo Testamento el peso del talento era de 58,9 kg Podemos calcular fácilmente el enorme valor de un talento de oro o plata si sabemos cuánto vale hoy oro, plata, etc. LA PARÁBOLA Las parábolas de Jesús son relatos atribuidos a él que se encuentran en los evangelios, tanto canónicos como no canónicos, y en algunas otras fuentes antiguas.
Evangelio según San Mateo 25,14-30.Jesús dijo a sus discípulos esta parábola:
El Reino de los Cielos es también como un hombre que, al salir de viaje, llamó a sus servidores y les confió sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos, y uno solo a un tercero, a cada uno según su capacidad; y después partió. En seguida, el que había recibido cinco talentos, fue a negociar con ellos y ganó otros cinco. De la misma manera, el que recibió dos, ganó otros dos, pero el que recibió uno solo, hizo un pozo y enterró el dinero de su señor. Después de un largo tiempo, llegó el señor y arregló las cuentas con sus servidores. El que había recibido los cinco talentos se adelantó y le presentó otros cinco. 'Señor, le dijo, me has confiado cinco talentos: aquí están los otros cinco que he ganado'. 'Está bien, servidor bueno y fiel, le dijo su señor, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor'. Llegó luego el que había recibido dos talentos y le dijo: 'Señor, me has confiado dos talentos: aquí están los otros dos que he ganado'. 'Está bien, servidor bueno y fiel, ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor'. Llegó luego el que había recibido un solo talento. 'Señor, le dijo, sé que eres un hombre exigente: cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Por eso tuve miedo y fui a enterrar tu talento: ¡aquí tienes lo tuyo!'. Pero el señor le respondió: 'Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses. Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez, porque a quien tiene, se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Echen afuera, a las tinieblas, a este servidor inútil; allí habrá llanto y rechinar de dientes'. |
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