La primera, el machote, que le ví
desde Chile en avión había llegado
le levanté en mis brazos, y me mordio
encima de la naríz, muy delicado
aferrandose pronto a mi mejilla
y mirando mi rostro enamorado
donde el amor se refleja en el brillo
de sus ojos azules, el rubio pelo
ocasionó en mi alma una cosquilla
como el día, disfrazado de camello
ágil con desarmar todos los grifos
que el dijo 'nonno', por decir abuelo.
Feróz el tiempo levantó sus pisos
pronto el presente se hizo pasado
que mi avecilla regresaba al nido.
Dejaste al corazón deshabitado
imagenes quedando alrededor
y una voz chiquitilla no olvidada
que nuestras almas saca del sopor
cuando al telefonar tu balbuceo
<<da da , no no, gaa ga>> es renovador
de espera y de dulzura, y mucho amor...
|
Federico Pio Prat
Constanza Prat |