Evangelio según San San LUCAS 11,5-13 |
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Cómo ser o llegar a ser seguidor de Jesucristo en el mundo y en tu situación |
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¿Quién de nosotros los cristianos nunca ha orado para pedirle a Nuestro Señor una gracia o ayuda, o alguna curación de una enfermedad o tal vez algo más que era importante para nosotros? Y cuando no obtuvimos lo que pedimos, ¿alguna vez nos preguntamos por qué? Lo principal a cuidar, es la amistad. También puede ocurrir que el carácter o las circunstancias de la vida no te permitan tener una relación asidua con tus amigos, pero normalmente los verdaderos amigos van juntos, te relacionas con ellos, vas a verlos, los visitas a sus familia. Entre amigos, también nos ayudamos en los momentos difíciles. Entonces, lo que aprendemos de la parábola es lo suficientemente simple como para entender La relación de amistad debe ser tal que tu amigo esté siempre disponible para escucharte. Si la persona de la parábola le hubiera preguntado lo mismo a alguien más, tal vez hubiera tenido un balde de agua sobre su cabeza desde la ventana. La perseverancia, la insistencia en preguntar sin cansarse son sin embargo esenciales para que tu amigo te preste atención y te escuche. El objeto de la petición, que aquí es un poco de pan, es decir, algo que realmente sirve, una cosa buena que realmente necesitan los que lo piden. Si el objeto de la solicitud hubiera sido veneno, para matar al visitante, o algo nocivo, evidentemente hubiera sido inútil insistir. Examinando lo que aprendemos de la parábola, tratamos de aplicarlo a la relación entre nosotros y Dios, entre nosotros y Jesucristo, entre nosotros y la Virgen María, entre nosotros y nuestro Ángel de la Guarda. Con ellos debemos tener una verdadera relación de amistad y confianza.
Evangelio según San Lucas 11,5-13.Jesús dijo a sus discípulos:
"Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: 'Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle', y desde adentro él le responde: 'No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos'. Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario. También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!".
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
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