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Personalmente empiezo esta Edad Literaria, que es la actual, desde la segunda mitad del último siglo XX, porque en mi opinión, aunque con algunas excepciones notables, parece que hemos perdido mucho en el gusto de la historia y de la novela en la literatura; Incluyo en esto también el más cercano en el tiempo.
La grosería es maestra en casi cualquier ambiente, y se pierde incluso el humor y la sutileza en el sarcasmo y la sátira, mientras que la literatura histórico-cultural-informativa aún no perdió la integridad.
Esperemos pronto o más tarde un renacimiento literario, del cual parece que las señales de advertencia surgen de los escritores más jóvenes, aún con alguna excepción.

Es obvio que no todos pueden ganar un Premio Nobel de Literatura. Pero desde cuando lo dieron a un istrión de paseo como Dario Fo, por su "misterio divertido", este premio no es más marca de distinción. No es de extrañar si hoy parece que en la literatura casi todo está en descomposición para la inteligencia y el contenido.
De los ancianos voy citar a alguien apreciable, incluso las historias/novelas del escritor italiano Andrea Camilleri, que ciertamente no tiene la estadura de Pirandello, pero sí produjo trabajo en sí mismo menos triviales o ininteligentes.
Todavía esparcidos aquí y allá encontramos en sus obras alguna banalidad políticamente calificativa, tendiendo a tergiversar la idea del lector a través de juicios claramente localizados en los diálogos entre los personajes, dando juicios políticos bien mascarados.
A menudo se aclara, como algo inacabado entre la historia, que el simpático, inteligente y sabio protagonista, todo de una pieza, y muy humano, aprecia lo "políticamente correcto". El escritor se complace en la moda común, sugiriendo que los policías dañan a los pobres y los indefensos, su jefe siempre es estúpido, luego fascista, incluso cuando no está corrupto, está en decúbito ante los poderosos, y así sucesivamente.

En la agradable literatura de consumo para el público en general, se encuentran obras de moda de ciertos autores, en su mayoría anglosajones.
Estos aparentemente están compuestos de estilos diferentes lo que demuestra claramente que fueron co-escritos por más de un mèrcenario o escritor fantasma y, por eso, las contradicciones en la historia se pueden encontrar a menudo; Tales libros contienen siempre malas invenciones y fábulas y explícitas pruderías y obscenidades; En su mayor parte hay también 'nonsenses', encadenados en la historia con la intención de socavar toda base en lo espiritual humano, y atacar a quienes obstruyen la moda del relativismo.
El éxito extraordinario y la difusión de estas obras nos dice cómo se han regredido y decaído la literatura y el gusto de algunos lectores.
Es mejor leer cutre o no leer en absoluto? La influencia de la moda de ser marxista, que en los últimos tiempos es además de falso marxismo, ha impregnado a la sociedad durante más de dos siglos, de manera sinérgica al relativismo, y desgraciadamente sigue viva esta modalidad, trayendo en la literatura la tendenciosidad símil-religiosa inherente a ese ideal obsoleto, tal vez incluso por aquellos que no son marxistas.
El estilo actual de escritura de la historia, la política y la filosofía no deja de deformar sutilmente la verdad o a veces incluso descaradamente, ya que el lector o el oyente no son cuidadosos y se lo bebe, o ya está convencido y luego es todavía un creyente.
El tema fundamental o la obsesión del verdadero marxista típico o del casi marxista, es la necesidad de demoler y destruir a sus oponentes políticos, o incluso a los disidentes, que todos por ellos son como enemigos mortales.

En la literatura y en los programas de entrevistas utilizan armas como la piedad, sabio sonriendo con piedadosos a todo lo que dice su oponente; Atribuyendo grosería, o ignorancia a los que no piensan como ellos y dándoles de corrupto, o estúpido, o incapaz.
También dándoles en la voz para no hacerlos hablar en conversaciones y debates, y destacar ciertos hechos y problemas de la sociedad, de una manera exagerada, y particularmente con presentar datos falsos.
Contra lo que se opone a su ideal siempre lo hacen, incluso cuando individualmente son buenas personas cultas y tranquilas. Si lo hacen en la literatura agradable, mucho más ayér han propagado y propagan la falsa historia todavía hoy, formalizada en la enseñanza escolar de todos los niveles.

Por lo tanto, es importante leer todo y todo el mundo, sin prejuicios si uno quiere desafiar los errores y recuperar la belleza y volver a visiones y prácticas menos sucias.

Tenemos que entender apreciar lo que se lo merece, pero siempre luchando contra la tiranía del relativismo, que desvirtúa y hace subjetivo y abarata todo y todos los aspectos de la vida, y ciertamente no deja de afligir a la literatura. Y esto sólo puede hacerse escribiendo y haciendo propaganda en contra.

Poderosos grupos de poder restringen el ejercicio de la democracia y monopolizan la economía, otros pregonan trajes dañinos e inmorales, corrompen a los jóvenes desde temprana edad, incluso a través de la publicidad comercial, y la teória del 'Gender'.
Además, tratando de dirigir la opinión pública hacia sus intereses, utilizan los medios de comunicación masiva para dañar y suplantar a sus competidores y opositores. El fin justifica los medios, parece ser la consigna. ¡Qué maravillosa enseñanza! Con más o menos frecuencia y conciencia, al público se transmiten errores y mensajes negativos imbuidos de conceptos "correctos", debido al relativismo que rabia.
Debido al interés que en su mayor parte están del lado de quienes se reconocen en ciertos partidos políticos, o en Italia incluso debido al partidismo inherente a esa gente, casi siempre es imposible saber la verdad en cualquier caso.
El catastrófico, el ecologismo, los desastres, el crimen, la pobreza y la corrupción, reales o imaginarios, se utilizan como armas para conquistar "la audiencia" y las cuotas de mercado. Quien está entonces al lado de la llamada "izquierda política", todavía tiene grandes ventajas, está protegido en todos los sentidos, y casi siempre se salva de las dificultades de todo tipo, quizás a expensas de los diferentes competidores de orientación política.

¿Y nosotros qué vamos hacer?
Queremos destacar y combatir, en nuestro pequeño, las distorsiones del pasado y del presente, recordar lo que en nuestra opinión es la veracidad y la rectitud, y sacar a la luz el mal lenguaje y los errores gramaticales de los comunicadores. Aquí incluyo a mí también entre ellos, como el Castellano no es mi lengua materna.

Hoy en día existen incluso títulos universitarios en ciencias de la comunicación: entonces ¿cómo es posible la decadencia del lenguaje real? ¿Cómo puede existir la ignorancia de los elementos de la cultura general que se encuentra con tanta frecuencia? Debido a que estas son cosas que no generan abruptamente, pero que lleva mucho tiempo para establecerse, vamos a tratar de preguntar por qué en nosotros mismos.