Comentario al Evangelio según San Mateo 16,13-19.

Cómo ser o llegar a ser seguidores de Jesucristo en el mundo y en la propia situación personal de cada uno

Con motivo de la fiesta de los patronos de la ciudad de Roma, Pedro y Pablo, durante la Misa se leeSan Pietro
San Pedro: sobre el se funda la Iglesia
este pasaje del Evangelio de San Mateo, en el que Jesús confirmó a sus discípulos que él es el Hijo de Dios vivo, a través del cual Dios se manifiesta al hombre, y confía su Iglesia al apóstol Pedro.
Por mi parte, esta lectura no sólo me fortalece en la fe cristiana, sino que también trae a mi mente San Pablo de Tarso, este gran hombre, que viajando constantemente a través del Imperio Romano, jugó un apostolado incesante y eficaz.
San Pablo fue uno más de los instrumentos elegidos por Dios, porque sin él, el cristianismo sin duda habría tenido menor tasa de difusión.
Así que creo que todos nosotros en su pequeño ámbito de vida y trabajo, debemos imitar el Apóstol Paolo.
Pero, aunque uno de nosotros muy probablemente no tuviera el conocimiento doctrinal, todavía debe ser apóstol con el ejemplo de su vida cotidiana, sin tratar de hacer cosas extrañas y maravillosas.
Se debe demostrar propio ser Cristiano con la perfección en el trabajo, la atención y el cuidado de su familia, y cuando es posible con la solidaridad hacia los desafortunados y los que, por causas ajenas a su voluntad, son los miembros más débiles de la sociedad.  

Apología:
Por mi parte sin lugar a dudas el contenido de estePaulus doctor gentium
 Paulus doctor gentium (Maestro de las 'Gentes')
pasaje del Evangelio es verdadero. En este caso quienes, a pesar de conoser las Escrituras, dicen que no creen en Jesucristo deberían rechazar masivamente las declaraciones de todos los testigos de la época, tomarlos por tontos, locos y visionarios; y por consistencia también deberían descartar todo lo concerniente a la Revelación Divina, incluyendo las partes de la Biblia Hebrea que se refieren a Jesús.

Quienes no creen, deberian pensar que los muchos mártires de la antigüedad que abjurando podrían salvarse han sido estúpidos o  necios; los no creyentes deben pensar que todos los filósofos cristianos y los Padres de la Iglesia, comenzando por el Obispo de Hipona, pasando por San Jerónimo y muchos otros, incluyendo a Thomas Aquinas fueron ''minus habentes” que creían en los cuentos de hadas y han visto luciérnagas por linternas.
Recordamos que la memoria de San Pedro se asocia inextricablemente a San Pablo, Judio y ciudadano romano, ántes fariseo perseguidor y, luego, de repente convertido por un acontecimiento extraordinario que lo transformó de feróz perseguidor de cristianos en cristiano ferozmente perseguido por los Judios.

Pero no perseguido por los Romanos, como a algunos imitadores finales de los fariseos sinuosamente le gustaría hacernos creer,  sino por los Judios que lo persiguieron por todo el Imperio en sus viajes apostólicos, ordendo durante muchos años mentiras y todo tipo de porquería contra él.
Habiendo fracasado varias veces, finalmente provocaron la persecución del satánico emperador Nerón  contra los cristianos en Roma, y ​​con falsos cargos ganaron hacerlo decapitar, de acuerdo con el castigo que pertenecía a los ciudadanos romanos condenados a muerte.
Para realizar plenamente lo que ha hecho por la Iglesia este gran hombre, sin el cual el cristianismo sin duda habría tendido más bajas tasas de difusión, y más controversias doctrinales, también se debería leer los Hechos de los Apóstoles. Además de un texto canónico es una novela histórica, y en particular acerca de San Pablo es una lectura agradable, màs apreciable sobre todo para los que tienen educación en base clásico y quieren deshacerse de las leyendas y mentiras inventadas del siglo XIX sobre los antiguos romanos, que los directores estadounidenses, como en Ben Hur y otros similarea, han contado en sus colosales (de hexho los cineastas judíos prevalecen en Hollywood )

Lino Bertuzzi

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Evangelio según San Mateo 16,13-19.

 

Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?".
Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas".
"Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?".
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".